fbpx


Resbala Andy con la tinta y la pluma

Publicado el: August 8, 2025

La carta pública de Andrés Manuel López Beltrán confirma algo que muchos sospechaban: el linaje político en México se ha vuelto experto en blindarse con discursos de superioridad moral.

Andy, al sentirse atacado por sus vacaciones en Japón, no sólo intentó aclarar los gastos de su viaje, sino que desplegó un tono defensivo plagado de descalificaciones hacia sus críticos, reviviendo la vieja narrativa del “pueblo bueno” contra los “conservadores hipócritas”.



El documento evidencia tres rasgos preocupantes para la vida democrática. En primer lugar, busca privatizar, para sus fines, el discurso público: utiliza conceptos como “hampa del periodismo” o “mafia del poder” para deslegitimar cualquier cuestionamiento.

Esa estrategia, heredada de su padre, pretende reducir el debate a una lucha de “nosotros contra ellos”, donde cualquier crítica se convierte en agresión.

Por otro lado, trata de generar confusión entre lo personal y lo político: aunque dice que sus vacaciones fueron costeadas con recursos propios, el hecho de que se tome la molestia de enviar una carta a “la opinión pública” revela que es consciente de que su figura rebasa la esfera privada. Su apellido pesa y lo sabe.

En tercer lugar, su narrativa de la “justa medianía” no tiene sentido: asegura que pagar 7 mil 500 pesos diarios por noche de hotel es vivir con austeridad. Aunque es menos escandaloso que un hotel de 50 mil pesos, sigue siendo un gasto que contrasta con la realidad de millones de mexicanos. Por eso, la incongruencia entre discurso y estilo de vida resulta chocante.

Por si fuera poco, el tono de la carta roza la arrogancia al presentarse como víctima de “espías” enviados por sus adversarios. En realidad, el escrutinio es parte de la vida pública cuando se tiene influencia política, máxime si se predica la humildad como virtud.

El mensaje insiste en la cantaleta del “no somos iguales”; sin embargo, la necesidad de aclarar un viaje demuestra que sí lo son. Forma parte de la élite política que concentra privilegios y cuya conducta genera legítimas dudas sobre la coherencia entre sus valores proclamados y sus actos.

En democracia, la transparencia no es un favor ni un acto de humildad. Es una obligación. Y lo de Andy es un recordatorio de que sigue latiendo la tentación del poder para vivir como los de siempre.

Ahora bien, si el señor Andy quiere que lo tomen en serio y no sólo como el hijo que copia los mantras de su papá, necesita cambiar su estrategia: dejar de victimizarse. Reconocer que como figura pública el escrutinio es legítimo.

Además, bajarle a la arrogancia y al tono altanero sería un gran paso para construir un discurso propio y creíble. Porque mientras siga respondiendo como un López Obrador en miniatura, sólo confirmará que su único capital es su apellido, y eso –en política– se desgasta más rápido que cualquier viaje a Japón.

***

COMO LO DIJE EN LA ENTREGA ANTERIOR, México enfrenta serias desventajas comerciales frente China por diversos factores, entre ellas la poca o nula protección a la propiedad industrial, fenómeno que obedece al poco interés que le imprimió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

Pero desde el gobierno me comentan que la pasada administración redujo erróneamente el número de delegaciones del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) en los estados.

Bajaron el nivel a los delegados: de subdirectores los degradaron a analistas y después desmantelaron toda la estructura en la administración nacional de aduanas.

La buena noticia es que ya existe un proyecto para ampliar los trabajos de verificación para frenar el contrabando y combatir la piratería. Sólo espera el visto bueno de Palacio Nacional. 

***

Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Entre el sushi y la arrogancia: Andy se exhibe solo”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO  

ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM                                                                              

@ALFREDOLEZ

MAAZ